Ubicada en el corazón de la Ciudad Vieja de Bakú, la Torre de la Doncella del siglo XII se erige como un magnífico símbolo de la historia y el patrimonio de Azerbaiyán. Junto con el Palacio de los Shirvanshahs del siglo XV, forma un grupo de monumentos históricos listado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que representa la riqueza cultural de la nación.
La Torre de la Doncella, que alberga un museo que narra la evolución histórica de Bakú, está envuelta en leyendas y misterios, algunos de los cuales han inspirado ballets y obras de teatro. Desarrollada entre los siglos IX y XV en una franja de tierra revelada por el retroceso del Mar Caspio, se cree que la torre es un ejemplo excepcional de la arquitectura zoroastriana y preislámica en Irán y Azerbaiyán.
Según los profesores Davud A. Akhundov y Hassan Hassanov, la Torre de la Doncella data del siglo VIII-VII a.C. y se piensa que es un templo-torre de fuego zoroastriano con siete salidas de fuego en su parte superior, simbolizando la creencia de la fe en siete pasos o cielos para alcanzar el paraíso.
Los cimientos de la torre, que se extienden 15 metros por debajo del nivel del suelo, fueron construidos entre los siglos IV y VI d.C., según concluyó la historiadora Sara Ashurbeyli. Se cree que la torre una vez sirvió como un observatorio astronómico y fue utilizada como templo zoroastriano durante la era sasánida.
La enigmática Torre de la Doncella ha inspirado numerosas leyendas, como la de la virgen de cabello llameante que salvó al pueblo de Bakú de la esclavitud y la historia de por qué los fuegos de la torre dejaron de arder, ambas arraigadas en las creencias y la cultura zoroastriana. El origen del nombre "Torre de la Doncella" también es intrigante, con algunos expertos sugiriendo que representa el estado "virgen" e intacto de la torre, que nunca ha sido destruida por ningún enemigo ni profanada por fuerzas malignas.
Hoy en día, los visitantes de Bakú pueden explorar la Torre de la Doncella, sumergiéndose en su cautivadora historia y en las antiguas leyendas que rodean este monumento impresionante. Desde su azotea, se puede admirar la vista panorámica de la Ciudad Vieja, el Bulevar de Bakú, la casa de Isa bek Hajinski y la vasta extensión de la Bahía de Bakú.