Certificación de vino orgánico georgiano

Certificación de vino orgánico georgiano

El vino georgiano, arraigado en una tradición de 8,000 años, está entrando en el centro de atención global con su certificación orgánica. Este artículo profundiza en los esfuerzos de los vinicultores georgianos y su camino hacia la certificación orgánica, respaldado por el apoyo internacional y la dedicación local. A medida que el mundo se inclina cada vez más hacia los productos orgánicos, la industria del vino de Georgia no solo está manteniendo el ritmo, sino que está lista para redefinir los estándares de producción de vino orgánico.

Certificación y estándares: la columna vertebral del vino orgánico georgiano

El 31 de marzo, el Club de Vinos de Georgia organizó una conferencia pública sobre “Certificación de bio-producciones y requisitos estándar” dirigida por el Sr. Zurab Nadareishvili, fundador y gerente de calidad de "Caucascert". Nadareishvili iluminó a la audiencia sobre los intrincados mecanismos, procedimientos y estándares requeridos para la certificación orgánica en Georgia. Este proceso, que a menudo abarca de 1 a 3 años, implica controles internos y externos rigurosos, incluyendo tanto inspecciones planificadas como sorpresivas. Hasta ahora, 15 entidades en Georgia han logrado la certificación, cubriendo un área de 100-150 hectáreas, lo que indica un creciente interés en la bio-certificación.

"Caucascert", establecido en 2005 y acreditado por DAKKS desde 2008, es la única entidad en Georgia que emite certificaciones tanto para el mercado interno como para exportaciones en diversos campos, incluyendo el cultivo de plantas y la producción de vino.

Revitalizando la tradición a través de prácticas orgánicas

Apoyados por la Unión Europea, Suecia y Austria, los vinicultores georgianos, particularmente en la región montañosa, están revitalizando sus tradiciones vinícolas en el mercado orgánico. Shorena Pataridze de Racha, por ejemplo, restauró sus métodos ancestrales de vinificación y rejuveneció su viñedo con la ayuda del proyecto GRETA. Esta iniciativa le ayudó a alinearse con los estándares orgánicos, proporcionando apoyo crucial en el cuidado del viñedo, el equipamiento de la bodega y el proceso fundamental de bio-certificación.

De manera similar, "Khomlis Marani" en Lechkhumi, conocido por su vino sin etiqueta bio-certificado elaborado en Kvevri, epitomiza la integración de Georgia de métodos antiguos de vinificación con estándares orgánicos modernos. El fundador Tamaz Omanadze recuerda con orgullo haber priorizado el éxito nacional antes de aventurarse en el mercado internacional, a pesar de los desafíos planteados por la pandemia de COVID-19. Con el apoyo europeo, "Khomlis Marani" mejoró sus procesos de producción y actualmente está mejorando su presencia en el mercado internacional.

En Racha, "Gvinuka" de Zurab Maisashvili es otro testimonio de este movimiento orgánico. A pesar del impacto económico de la pandemia, la ayuda financiera del proyecto GRETA permitió a "Gvinuka" aumentar su producción cuatro veces, adquiriendo equipo crucial y preparando el terreno para su entrada en el mercado europeo.

Contexto Internacional: Reconocimiento del Vino Natural por Francia

En mayo de 2020, Francia reconoció legalmente los vinos naturales, distinguiéndolos de los vinos convencionales. Este movimiento destaca el creciente enfoque global en la producción de vino sostenible y orgánico. La vinificación natural, que prohíbe materiales sintéticos y organismos genéticamente modificados, refleja una tendencia más amplia hacia la responsabilidad ambiental y la integridad del producto. Esta legislación francesa exige la cosecha manual de uvas y la ausencia de pesticidas y aditivos artificiales, estableciendo un nuevo estándar para los vinos naturales, conocido como “vin méthode nature”.

La posición de Georgia en la producción de vino natural

En Georgia, los vinos naturales aún no están reconocidos legislativamente como una categoría separada. Sin embargo, la Asociación de Vinos Naturales local une a pequeñas bodegas comprometidas con los principios de la vinificación natural, realizando inspecciones regulares y controlando todo el proceso de producción. Mientras que la legislación georgiana permite ciertos aditivos en los vinos estándar, los vinicultores naturales los evitan, ofreciendo un perfil de calidad y sabor distintivo. La demanda de vinos naturales, incluidas las variedades georgianas, está en aumento a nivel mundial, lo que indica un posible cambio en las preferencias de los consumidores después de la pandemia.

Conclusión: El futuro del vino orgánico georgiano

El camino hacia la certificación de vino orgánico y natural en Georgia está marcado por una mezcla de rica herencia vitivinícola y estándares modernos. Con el apoyo de socios internacionales y los esfuerzos dedicados de los vinicultores locales, Georgia no solo está preservando sus antiguas tradiciones vitivinícolas, sino que también las está adaptando para cumplir con los estándares orgánicos contemporáneos. A medida que el mercado global evoluciona, los vinos georgianos están listos para tener un impacto significativo, ofreciendo una combinación única de tradición, calidad e integridad orgánica.

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