Ubicado en la cima de una montaña a unos 30 kilómetros de Tbilisi, Georgia, se encuentra una reliquia divina envuelta en leyendas medievales: el Monasterio Shavnabada. Este complejo monástico rinde homenaje a San Jorge, una figura heroica entrelazada en el tejido del folclore georgiano, que se dice que llevaba una mística capa negra durante una de las batallas triunfantes de Georgia. De ahí, "shavnabada", un término georgiano que se traduce literalmente como "capa negra".
Anidado en la región de Kvemo Kartli, en el sureste de Georgia, el monasterio fue fundado en 1992 con la bendición de Ilia II, el Catolicos-Patriarca de Georgia, cerca de la ya existente Iglesia de San Jorge. Pero el monasterio no es solo un retiro espiritual; también elabora una variedad única de vino que lleva el nombre del propio monasterio: Shavnabada. ¡Hablemos de vino divino!
Ahora, retrocedamos a 1795. Tbilisi quedó devastada y saqueada por el ejército persa liderado por Aga-Mohammad-Khan. Los persas establecieron un campamento junto al río Mtkvari, y aquí es donde la historia toma un giro espeluznante. Cada noche, un jinete fantasma envuelto en negro causaba estragos en el campamento, sembrando terror en las filas persas. Por más que intentaron, los persas no pudieron atrapar al esquivo jinete. Asustados, empacaron y huyeron, pero no antes de que el líder persa, Aga-Mohammad-Khan, prometiera regresar y devastar Georgia.
Como prometió, Aga-Mohammad-Khan regresó un año después. Pero, misteriosamente, fue encontrado muerto en su tienda fuertemente custodiada la noche antes de su conquista planeada. ¿Y el jinete fantasma? Los georgianos creen que no era otro que el propio San Jorge. Esta legendaria historia está inmortalizada en el nombre de la montaña y la iglesia: Shavnabada.
Los visitantes del Monasterio Shavnabada en el pueblo de Teleti no solo son tratados con esta fascinante leyenda, sino también con las hermosas estructuras del complejo. La Iglesia de San Jorge del siglo XII es la principal atracción, con estructuras adicionales como otra iglesia y un campanario añadidos dos siglos después. El monasterio incluso alberga una escuela de pintura de íconos, con muchas de las imágenes de la iglesia creadas por artistas locales.
Así que, si te apetece un toque de leyenda medieval, un atisbo de reverencia espiritual, un toque de herencia artística y un sabor de vino divino, ¡te espera el Monasterio Shavnabada!