Situada en la cima de la colina Sololaki, con vistas al encantador paisaje urbano de Tbilisi, se erige la imponente estatua de Kartlis Deda, la Madre de Georgia. Esta figura de aluminio de 20 metros de altura, erigida en 1958 para conmemorar el 1,500 aniversario de Tbilisi, se ha convertido en un símbolo querido de la ciudad, encarnando su espíritu de fuerza, hospitalidad y resiliencia.
Kartlis Deda es más que una impresionante obra de arte; lleva un poderoso mensaje en sus brazos extendidos. En una mano, sostiene una espada, simbolizando la feroz determinación de Georgia para defender su independencia y soberanía. En la otra mano, un cuenco de vino representa la renombrada hospitalidad y calidez de la nación, recibiendo a los visitantes con los brazos abiertos.
Ascender a la base de la estatua de la Madre de Georgia recompensa a los visitantes con una impresionante vista panorámica de Tbilisi. La vibrante ciudad se extiende ante ti, un tapiz de monumentos antiguos, arquitectura moderna y el serpenteante río Mtkvari, todo enmarcado por las montañas circundantes.
Mientras te encuentras en presencia de Kartlis Deda, tómate un momento para reflexionar sobre la rica historia y el espíritu perdurable del pueblo georgiano. La Madre de Georgia se erige como un recordatorio de la inquebrantable fuerza y hospitalidad de la nación, vigilando a Tbilisi y sus habitantes con una mirada amorosa que trasciende el tiempo.