Situada en la región sur de Georgia, Samtskhe-Javakheti, la Fortaleza de Tmogvi, también conocida como Tmkaberd, cuenta con un rico tapiz de historia. Dominando la orilla izquierda del río Kura (Mtkvari), sus ruinas son un testimonio del vibrante pasado de la región, pintando un retrato duradero de la vida medieval en Georgia.
El nombre "Tmogvi" tiene sus raíces en la palabra georgiana "mogvi", que significa "sacerdote pagano" o "mago". Data del siglo IX, esta fortaleza sirvió como una estructura defensiva crucial, protegiendo la importante ruta comercial entre la meseta de Javakheti y el desfiladero del río Kura. Tenía una inmensa importancia militar para los señores Bagratid, la rama georgiana, que lucharon valientemente para defenderla de numerosos intentos de captura.
La Fortaleza de Tmogvi vio un aumento en prominencia después de que la fortaleza vecina de Tsunda cayera en ruinas alrededor del año 900 d.C. Conocida por su resistencia, soportó el asalto de Yusuf ibn Abi'l-Saj en 914 y gradualmente cayó bajo el control directo del Reino Unificado de Georgia a principios del siglo XI.
En su apogeo, la Fortaleza de Tmogvi era una bulliciosa ciudad que fue testigo del dominio de muchas familias feudales georgianas, incluyendo a los Toreli, Tmogveli, Shalikashvili y Jaqeli. Sin embargo, la fortaleza no fue ajena a calamidades. Un devastador terremoto en 1088 llevó a su colapso, reclamando las vidas de su gobernante Kakhaber y su esposa. Sin embargo, la fortaleza resurgió de las cenizas, floreciendo una vez más bajo el gobierno de Sargis-Mkhargrdzeli en el siglo XII, después de que la reina Tamar se la regalara. Sargis Tmogveli, un renombrado escritor, poeta y filósofo, fue una de las figuras más notables de Tmogvi.
Arquitectónicamente, la Fortaleza de Tmogvi es un espectáculo digno de ver. Construida sobre una montaña casi inaccesible, tenía más de 150 metros de largo y 3 metros de ancho, expandiéndose a través de tres colinas y rodeada por una muralla fortificada. Esto servía para complementar la defensa natural proporcionada por los acantilados circundantes. La fortaleza contaba con un túnel secreto que la conectaba al río, asegurando el acceso al agua durante un asedio, y dos reservorios que acumulaban agua dentro de sus muros. Aunque se pueden ver restos de sus antiguas estructuras grandiosas dentro de la fortaleza, las ruinas cercanas de la iglesia de San Efrén, con sus frescos del siglo XIII, ofrecen un vistazo a su pasado religioso.
La Fortaleza de Tmogvi ocupa un lugar significativo en la literatura y el arte, apareciendo prominentemente en las obras del poeta nacional de Armenia, Hovhannes Tumanyan, y la poeta rusa Sophia Parnok. También sirvió de inspiración para la ópera "Almast" del compositor soviético-armeno Alexander Spendiaryan.
Hoy en día, la Fortaleza de Tmogvi se erige como un emblema de la resiliencia histórica de Georgia. Es una visita obligada para cualquiera que esté intrigado por la arquitectura medieval, cautivado por la narrativa fascinante de supervivencia y regeneración que sus ruinas susurran hasta el día de hoy.