Bodorna, un pequeño pueblo en la región de Mtskheta-Mtianeti de Georgia, alberga una cautivadora mezcla de maravillas naturales e históricas. Ubicada cerca de Bodorna, en las verdes laderas de Mt., la Iglesia de la Virgen de Bodorni se erige como un testimonio del rico legado arquitectónico de Georgia.
Construida en el distintivo estilo Kuppelhalle, esta iglesia está impregnada de historia. Según la inscripción en su fachada sur, la Iglesia de la Madre de Dios en Bodorna fue renovada en 1417, reemplazando a una iglesia más antigua en ruinas que una vez adornó el lugar. Posteriormente, en los siglos XVI a XVII, se añadió una pequeña capilla a la iglesia. Tras más reparaciones en 1912, la iglesia se mantiene hoy como un símbolo de resiliencia y devoción.
El Complejo de Bodorna, que comprende la iglesia y el área circundante, es un impresionante monumento natural marcado por cuevas y columnas de acantilados erosionados. Esculpido por milenios de viento y lluvia, el Acantilado Tsotsola es una notable característica geológica que se eleva 15 metros. Alberga una cueva de dos habitaciones en su base, que se cree que sirvió como almacén.
Ubicado a unos 200 metros de este espectáculo natural, los visitantes pueden explorar la Iglesia de la Virgen María de Bodorna del siglo XII. Esto convierte al Complejo de Bodorna, a 46 kilómetros de Tbilisi, en una excursión de un día accesible desde la capital.
Históricamente, la Columna de Bodorna fue venerada como un símbolo de fertilidad durante el período pagano. En la era cristiana, alrededor de los siglos V y VI, pudo haber sido habitada por ascetas cristianos. Se cree que las cuevas hechas por el hombre que salpican las laderas circundantes se utilizaron como lugares de culto o refugios.
Abarcando la frontera entre monumento natural y sitio histórico, el Complejo de Bodorna ofrece una experiencia enriquecedora. Proporciona una visión única de las fascinantes características geológicas de Georgia, complementada con un vistazo a la vibrante historia y cultura del país.