Anidada entre las colinas ondulantes de Kakheti, el Complejo de la Fortaleza de Manavi invita a los aventureros a descubrir sus relatos ocultos. Imagínate de pie en la cima de una montaña cerca del pueblo de Manavi, contemplando un paisaje que ha sido testigo de siglos de historia.
La Fortaleza de Manavi es un testimonio vivo del vaivén del tiempo. Su nombre resuena a través de las edades, un tributo tanto al pueblo como a la intrincada ciudadela que corona las alturas. Un dúo de maravillas, es como un rompecabezas de la vida real esperando que lo resuelvas.
Imagina pasear por sus antiguos caminos, sintiendo la brisa fresca susurrar historias del pasado. A medida que caminas, cuatro majestuosas torres aparecen a la vista, erigiéndose como guardianes de una era pasada. Mira hacia afuera y verás un trío de iglesias acunadas dentro de las murallas de la fortaleza: la encantadora iglesia pequeña, la gran iglesia de la Virgen y la noble iglesia de San Jorge.
El complejo es un tesoro de historia. Allí está la ciudadela, una vez un centro de actividad, ahora una ventana al pasado. Explora el palacio del reservorio y las enigmáticas ruinas de una torre grande, una torre pequeña y un edificio de dos pisos que insinúan vidas vividas hace mucho tiempo. Las tres iglesias de la sala son más que simples estructuras; son hilos que conectan el tapiz espiritual de la fortaleza.
Sumergámonos en las páginas de la historia. Desde los cimientos de los siglos X y XI hasta las espléndidas construcciones de los siglos XVI y XVII, la Fortaleza de Manavi ha sido testigo de todo. Se erguía en la cima de la montaña Hereti, ofreciendo una vista que se extendía por kilómetros, un centinela vigilando la tierra.
Siente la presencia de Vakhushti Batonishvili, un príncipe georgiano que caminó por estos terrenos y relató historias del palacio de Imam-Kuli Khan, anidado bajo la sombra de la montaña. Un relato antiguo de poder y cambio, donde la antigua fortaleza cedió ante el paso del tiempo.
Avancemos al siglo XVIII, y la Fortaleza de Manavi da la bienvenida a un nuevo capítulo. El Rey David II de Kakheti gobernó desde su corazón, y la fortaleza se convirtió en un escenario para reyes y reinas. Los ecos de una celebración de boda aún perduran, Teimuraz II sellando su amor en sus muros históricos en 1712.
Pero a medida que los años avanzan, los susurros de la historia se desvanecen. La fortaleza se retira al fondo, dejando solo rastros de su antigua gloria. Sin embargo, sigue siendo un enigma, una pieza de rompecabezas esperando tu curiosidad.
Hoy, el Castillo de Manavi se erige como un testimonio de resiliencia. Situado en la cima de una montaña, invita al viajero intrépido a explorar sus misterios. Alcánzalo conquistando caminos escarpados con un 4x4 o embarcándote en una caminata animada. En medio de las ruinas y leyendas, la Fortaleza de Manavi continúa cautivando, invitándote a sumergirte en sus historias y saborear las impresionantes vistas que una vez encantaron a gobernantes y vagabundos por igual.