Descubre los secretos de la Fortaleza de Drisi, una joya atemporal a menudo susurrada como la Fortaleza Javakhaant o el Santuario de Tamar. Esta maravilla del siglo XII, un monumento inamovible de importancia nacional, se erige como un testimonio del pasado de Georgia. Un viaje de 1.5 horas desde Tbilisi te lleva al corazón de la historia, donde el sendero desde el pueblo de Chkopiani invita con la promesa de un antiguo asombro.
Las crónicas de la Fortaleza de Drisi se despliegan a través de relatos de los Torelis, una familia de señores feudales georgianos que pusieron sus piedras fundamentales. A medida que las eras danzaban, la fortaleza abrazó a los Javakhishvilis como sus administradores, bautizándola como la Fortaleza Drisi Javakhaant.
Situada sobre un trono rocoso, el tiempo ha dejado su huella en la Fortaleza de Drisi, sin embargo, su significado irradia sin disminuir. En medio de los restos, un tapiz de estructuras teje una narrativa. Una iglesia, una torre, un palacio y almacenes cuentan historias de una era pasada. Susurros arqueológicos desvelan la memoria de una muralla de dos niveles que rodea el complejo.
Elaborada con arenisca y adoquines, la fortaleza revela su linaje a través de cada piedra. Una torre protege sus reinos del norte, mientras que el eco del sur de un palacio que una vez fue orgulloso resuena en ruinas. Elevándose por encima, la iglesia se mantiene firme, dedicada a San Jorge. Tallada en toba verde vibrante, su presencia desafía las devastaciones del tiempo, atestiguando la devoción del pasado.
El castillo Drisi Javakhaant, situado en lo alto de una formidable roca, cautiva a los espectadores. Ubicado en la orilla izquierda del río, al oeste del pueblo de Chkopiani, su atractivo le ha valido el estimado título de Monumento de Importancia Nacional desde 2006.
Delicadas complejidades adornan el diseño de la fortaleza, con capas de roca y arenisca tejiendo una historia cautivadora. Al recorrer los restos, encontrarás una torre que una vez estuvo vigilante, un palacio resonando con susurros de grandeza y una iglesia nombrada en honor a San Jorge. En este reino, los edificios agrícolas se erigen como centinelas, desgastados por las edades.
Un viaje a través del bosque revela un camino, mientras que una ruta más desafiante llama desde el oeste. A medida que exploras, una pequeña iglesia emerge, anidada dentro de un barranco. La Fortaleza de Drisi, un nexo de historia y atractivo, está lista para compartir su enigma, invitándote a sumergirte en su abrazo enigmático.