Por desconcertante que pueda parecer, la historia de Baia Gallery es una de resiliencia y dedicación, una institución que ha prosperado en medio de períodos de intensa agitación. Ubicada en la Calle Shardeni, el punto cultural de Tbilisi, Baia Gallery ha sobrevivido y prosperado a través de tiempos de guerra, crisis y agitación cultural.
Fundada en 1992 como Orient, la galería fue renombrada en 2000 en honor a su visionaria fundadora experta en arte, Baia Tsikoridze. Hoy en día, como la galería privada en funcionamiento más antigua de Tbilisi, lleva el emblema de la resistencia cultural y la perseverancia artística, habiendo albergado más de 300 exposiciones.
La galería se despliega en dos pisos, mostrando una extraordinaria variedad de arte. Abarcando piezas georgianas tradicionales y contemporáneas, la colección ofrece un panorama de temas y estilos. Desde paisajes urbanos y lienzos primitivistas hasta carteles de Pop Art y motivos orientales, revela el pasado de la nación mientras también demuestra la vibrante creatividad de su presente.
La actividad de Baia Gallery va más allá de la curaduría de exposiciones. Sirve como un conducto para presentaciones artísticas, subastas y proyectos editoriales, demostrando la multiplicidad de su papel en la escena artística georgiana. Además, se enorgullece de su investigación, con una base de datos de más de 5,000 imágenes y documentos de archivo sobre el arte georgiano, y mantiene una sólida reputación como asesor de arte de confianza.
Además de su sede principal en la Calle Shardeni, la galería también opera en dos ubicaciones más en Tbilisi. Baia Gallery, Mtatsminda, y Baia Gallery, Vake, cada una se centra en diferentes períodos artísticos, ofreciendo así a los aficionados al arte un extenso recorrido por la rica historia del arte de Georgia.
El nacimiento de Baia Gallery es un testimonio de la determinación humana. En medio de los cataclismos políticos y el colapso financiero de la Georgia post-soviética, Tsikoridze y sus cofundadores desafiaron condiciones inhóspitas para establecer un faro de resiliencia artística. Contra el telón de fondo de la desesperación nacional, crearon un espacio para la esperanza, la resistencia y la expresión cultural.
En términos de espacio físico, el área de la galería es modesta, abarcando aproximadamente 66 metros cuadrados. Sin embargo, su influencia se extiende mucho más allá de sus límites físicos, impactando innumerables vidas y moldeando el paisaje del arte georgiano.
La historia de Baia Gallery es más que solo un relato de un espacio artístico; es una crónica de supervivencia y esperanza en medio de un período de agitación histórica. Se erige como una encarnación del poder perdurable del arte y un testimonio del espíritu inquebrantable de la cultura georgiana. Más de treinta años después de su fundación, sigue siendo un núcleo cultural vibrante, invitando a todos a explorar, aprender e inmersarse en el mundo en constante evolución del arte, todo de forma gratuita.