Situado en la serena región de Kvemo Kartli en el este de Georgia, Sartichala es una aldea conocida por sus significativas raíces históricas y su patrimonio cultural. Según el censo de población de 2002, Sartichala, con sus 7,041 residentes, es la quinta aldea más grande de Georgia.
En 1578, Vakhushti e Ioane Batonishvili anotaron la existencia del asentamiento, inicialmente llamado Satischala. Notablemente, el 21 de septiembre de 1818, un grupo de alemanes suabos estableció el primer asentamiento alemán en el Cáucaso del Sur, Marienfeld, cerca de Tbilisi. Al año siguiente, surgieron cinco colonias adicionales, incluida Petersdorf cerca de Marienfeld, que ahora es una parte integral de Sartichala.
Sin embargo, esta diversa mezcla cultural cambió drásticamente durante el período soviético. Desde octubre de 1941 hasta abril de 1942, las autoridades soviéticas deportaron a una población significativa de 19,186 familias alemanas de la zona.
La fe brilla intensamente en Sartichala, una aldea enriquecida con una atmósfera espiritual que se epitomiza en sus cinco iglesias. La Iglesia de San Lázaro, la Iglesia de la Asunción de la Virgen, la Iglesia de los Arcángeles, la Iglesia de San Nicolás y la Iglesia de la Santísima Trinidad brindan consuelo espiritual y son elementos importantes de la comunidad local.
Situada en la cima de la meseta de Iori y anidada a lo largo de la orilla occidental del río Iori, Sartichala se encuentra a 680 metros, o aproximadamente 2,231 pies, sobre el nivel del mar. Esta tranquila aldea está ubicada a unos 34 kilómetros, o aproximadamente 21 millas, al este de Tbilisi, la capital de Georgia. Según el censo de 2014, Sartichala tenía una población de 6,009.
La historia de la aldea también está entrelazada con la industria del petróleo. En julio de 1998, se inició la planta de producción de petróleo de Sartichala, que producía nafta, diésel y fuelóleo. Pero, como el destino lo quiso, el campo petrolero en la región de Sartichala del domo sur de Samgori se agotó, sin que se hicieran descubrimientos a gran escala desde entonces. Sin embargo, la vida pacífica en Sartichala continúa sin ser perturbada, siendo testigo de la resiliencia de sus habitantes.